viernes, 12 de junio de 2009

MI APOYO ES PARA ANA BERMÚDEZ Y SU EQUIPO

Por: Omar Hurtado Rayugsen

El mes en curso será de carreras en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. En efecto; los viejos liderazgos, molidos por el trapiche de la historia, pondrán todo su esfuerzo para convencernos en cuanto a que, ahora si, harán lo que nunca antes, ni siquiera, intentaron ejecutar.

Con la llegada de junio sonó el pistoletazo que alertó a los que durante lustros han monopolizado las instancias decisorias de la UPEL de que había que proceder a efectuar los enroques que les posibilitarían continuar disfrutando del jugoso presupuesto; sin tener que preocuparse por guardar la menor correspondencia entre sus ejecutorias, que constituyen un secreto bien guardado, y las exigencias de la comunidad upelista.

No cuesta mucho darse cuenta que los reclamos de los profesores, estudiantes, empleados y obreros de los institutos, núcleos, centros y extensiones que integran la Universidad Formadora de los Maestros que la nación necesita; no tienen ninguna importancia para quienes se presentan como los salvadores de la universidad.
De la indolencia con que las autoridades se mueven, con respecto a lo que el conglomerado upelista exige, hablan: (1) la ausencia de sintonía con los reclamos del país nacional; (2) la inexistencia de políticas eficaces de formación docente, investigación y extensión; (3) la desactualización del diseño curricular y los planes de estudios; (4) el acentuado deterioro de la planta física, los laboratorios, las canchas y los ambientes especiales; (5) la ineficacia para dotarnos de una plataforma tecnológica actualizada y expandióle; (6) la carencia de planes de incorporación, motivación y promoción de los cuadros en desarrollo; (7) la indefensión absoluta en que nos han sumido en materia de seguridad social, médica y hospitalaria; (8) la falta de una política de cuentas claras en el manejo del presupuesto; (9) la manera dispendiosa como las autoridades gastan los recursos asignados; y, (10) el irrespeto absoluto con que manipulan el derecho a elegir que nos asiste como colectivo.

Consecuentes con su manera de actuar han sacado sus aspiraciones sin consultar con quienes hacemos vida dentro de la universidad. Otra vez han reencauchado sus consignas vacías de contenido social. La academia comprometida con el futuro está ausente de lo que venden como sus propuestas. En ellas sólo hablan de la sociedad excluyente, que siempre han defendido con sus actuaciones, y no plantean ni una palabra de cara al porvenir que tenemos que construir entre todos.

Como consideran que esta es una colectividad sin memoria ni dignidad; no han tenido el menor empacho en convertir, lo que ha debido ser una elección entre los mejores, en una pelea callejera entre compadres y antiguos compañeros de aventuras.

Observamos, no sin asombro, que lo que domina el panorama, en la mayoría de los postulados, es el afán de cobrar viejas facturas. Por eso encontramos que aparecen de nuevo las candidaturas sin mensaje y sin programa coherentes. Pero, lo más resaltante, es que se presentan como si ellos no tuvieran ninguna responsabilidad en el progresivo descalabro de la institucionalidad ni en la proliferación de la anti academia que campea dentro de la Universidad Pedagógica.

Frente a las limitaciones que caracterizan a quienes se consideran dueños del pensamiento y la acción en la pedagógica; abrimos un espacio para la discusión, al que se incorporó todo el que quiso y del que salió una propuesta que expresa nuestro rechazo a la vieja política de cenáculos; la que colocó a la universidad venezolana al servicio de intereses anti nacionales y de espaldas al país.

Por lo anterior; considero un deber informar al claustro universitario mi indeclinable, e innegociable, respaldo al equipo que conforman los Profesores: Ana Bermúdez, Rectora; Víctor Hermoso, Vicerrector de Docencia; Teodosio Rodríguez, Vicerrector de Investigación y Postgrado; Celso Medina, Vicerrector de Extensión y Ruth Moreno, Secretaria.

Igualmente y con el mayor de los respetos; invito, a todos quienes estén conscientes de que lo único que heredaremos de los actuales gerentes es el mayor de los desaciertos; para que acompañemos, a quienes integran la fórmula de la transparencia académica y administrativa y del sólido compromiso con el país, en la misión de rescatar nuestra universidad.

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