jueves, 19 de noviembre de 2009

!ASISTE!

miércoles, 11 de noviembre de 2009

La anexión de Colombia a Estados Unidos



Fidel Castro Ruz


Cualquier persona medianamente informada comprende de inmediato que el edulcorado “Acuerdo complementario para la Cooperación y Asistencia Técnica en Defensa y Seguridad entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos”, firmado el 30 de octubre y publicado en la tarde del 2 de noviembre, equivale a la anexión de Colombia a Estados Unidos.

El acuerdo pone en aprietos a teóricos y políticos. No es honesto guardar silencio ahora y hablar después sobre soberanía, democracia, derechos humanos, libertad de opinión y otras delicias, cuando un país es devorado por el imperio con la misma facilidad con que un lagarto captura una mosca. Se trata del pueblo colombiano, abnegado, trabajador y luchador. Busqué en el largo mamotreto una justificación digerible, y no vi razón alguna.

En 48 páginas de 21 líneas, cinco se dedican a filosofar sobre los antecedentes de la vergonzosa absorción que convierte a Colombia en territorio de ultramar. Todas se basan en los acuerdos suscritos con Estados Unidos después del asesinato del prestigioso líder progresista Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, y la creación de la Organización de Estados Americanos, el 30 de abril de 1948, discutida por los Cancilleres del hemisferio, reunidos en Bogotá bajo la batuta de Estados Unidos los días trágicos en que la oligarquía colombiana tronchó la vida de aquel dirigente y desató la lucha armada en ese país.

El Acuerdo de Asistencia Militar entre la República de Colombia y los Estados Unidos, en abril de 1952; el relacionado con “una Misión del Ejército, una Misión Naval y una Misión Aérea de las Fuerzas Militares de los Estados Unidos”, suscrito el 7 de octubre de 1974; la Convención de Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas, de 1988; la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, de 2000; la Resolución 1373 del Consejo de Seguridad, de 2001, y la Carta Democrática Interamericana; la de Política de Defensa y Seguridad Democrática, y otras que se invocan en el citado documento. Ninguna justifica convertir un país de 1 141 748 kilómetros cuadrados, ubicado en el corazón de Suramérica, en base militar de Estados Unidos. Colombia posee 1,6 veces el territorio de Texas, segundo Estado de la Unión en extensión territorial, arrebatado a México, que después sirvió de base para conquistar a sangre y fuego más de la mitad de ese hermano país.

Por otro lado, han transcurrido ya 59 años desde que soldados colombianos fueron enviados a la distante Asia para combatir junto a las tropas yankis contra chinos y coreanos en octubre de 1950. Lo que el imperio pretende ahora es enviarlos a luchar contra sus hermanos venezolanos, ecuatorianos y otros pueblos bolivarianos y del ALBA, para aplastar la Revolución Venezolana, como trataron de hacer con la Revolución Cubana en abril de 1961.

Durante más de un año y medio, antes de la invasión, el gobierno yanki promovió, armó y utilizó las bandas contrarrevolucionarias del Escambray, como hoy utiliza a los paramilitares colombianos contra Venezuela.

Cuando el ataque de Girón, los B-26 yankis tripulados por mercenarios operaron desde Nicaragua, sus aviones de combate eran transportados hacia la zona de operaciones en un portaaviones, y los invasores de origen cubano que desembarcaron en aquel punto venían escoltados por buques de guerra y la infantería de marina de Estados Unidos. Hoy sus medios de guerra y sus tropas estarán en Colombia, no sólo como una amenaza para Venezuela sino para todos los Estados de Centro y Suramérica.

Es realmente cínico proclamar que el infame acuerdo es una necesidad de la lucha contra el tráfico de drogas y el terrorismo internacional. Cuba ha demostrado que no se necesitan tropas extranjeras para evitar el cultivo y el tráfico de drogas y mantener el orden interno, a pesar de que Estados Unidos, la potencia más poderosa de la tierra, promovió, financió y armó durante decenas de años las acciones terroristas contra la Revolución Cubana.

La paz interna es prerrogativa elemental de cada Estado; la presencia de tropas yankis en cualquier país de América Latina con ese propósito es una descarada intervención extranjera en sus asuntos internos, que inevitablemente provocará el rechazo de su población.

La lectura del documento demuestra que no sólo las bases aéreas colombianas se ponen en manos de los yankis, sino también los aeropuertos civiles y en definitiva cualquier instalación útil a sus fuerzas armadas. El espacio radioeléctrico queda también a disposición de ese país portador de otra cultura y otros intereses que nada tienen que ver con los de la población colombiana.

Las Fuerzas Armadas norteamericanas disfrutarán de prerrogativas excepcionales.

En cualquier parte de Colombia los ocupantes pueden cometer delitos contra las familias, los bienes y las leyes colombianas, sin tener que responder ante las autoridades del país; a no pocos lugares llevaron los escándalos y las enfermedades, como hicieron con la base militar de Palmerola, en Honduras. En Cuba, cuando visitaban la neocolonia, se sentaron a horcajadas sobre el cuello de la estatua de José Martí, en el Parque Central de la Capital. La limitación relacionada con el número total de soldados puede ser modificada por solicitud de Estados Unidos, sin restricción alguna. Los portaaviones y barcos de guerra que visiten las bases navales concedidas llevarán cuantos tripulantes requieran, y pueden ser miles en uno solo de sus grandes portaaviones.

El Acuerdo se extenderá por períodos sucesivos de 10 años, y nadie puede modificarlo sino al final de cada período, advirtiéndolo un año antes. ¿Qué hará Estados Unidos si un gobierno como el de Johnson, Nixon, Reagan, Bush padre o Bush hijo y otros similares, recibe la solicitud de abandonar Colombia? Los yankis fueron capaces de derrocar decenas de gobiernos en nuestro hemisferio. ¿Cuánto duraría un gobierno en Colombia si anunciara tales propósitos?

Los políticos de América Latina tienen ahora ante sí un delicado problema: el deber elemental de explicar sus puntos de vista sobre el documento de anexión. Comprendo que lo que ocurre en este instante decisivo de Honduras ocupe la atención de los medios de divulgación y los Ministros de Relaciones Exteriores de este hemisferio, pero el gravísimo y trascendente problema que tiene lugar en Colombia no puede pasar inadvertido por los gobiernos latinoamericanos.

No albergo la menor duda sobre la reacción de los pueblos; sentirán el puñal que se clava en lo más profundo de sus sentimientos, en especial el de Colombia: ¡se opondrán, jamás se resignarán a tal infamia!

El mundo enfrenta hoy graves y urgentes problemas. El cambio climático amenaza a toda la humanidad. Líderes de Europa casi imploran de rodillas algún acuerdo en Copenhague que evite la catástrofe. Presentan como realidad que en la Cumbre no se alcanzará el objetivo de un convenio que reduzca drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero. Prometen proseguir la lucha por alcanzarlo antes de 2012; existe riesgo real de que no pueda lograrse antes de que sea demasiado tarde.

Los países del Tercer Mundo reclaman con razón a los más desarrollados y ricos cientos de miles de millones de dólares anuales para costear los gastos de la batalla climática.

¿Tiene algún sentido que el gobierno de Estados Unidos invierta tiempo y dinero en construir bases militares en Colombia para imponer a nuestros pueblos su odiosa tiranía? Por ese camino, si un desastre amenaza al mundo, un desastre mayor y más rápido amenaza al imperio, y todo sería consecuencia del mismo sistema de explotación y saqueo del planeta.

Fidel Castro Ruz
Noviembre 6 de 2009
10 y 39 a.m.

Venezuela rechaza comunicado de Colombia porque refleja la hipocresía de la oligarquía neogranadina


Por: Agencia Bolivariana de Noticias (ABN)

Caracas 09 de noviembre 2009.- Venezuela, a través de un comunicado del Ministerio para Relaciones Exteriores, calificó como inmoral el último comunicado de la Presidencia de la República de Colombia, porque refleja la hipocresía de la oligarquía neogranadina.

A continuación el texto completo del comunicado emitido por la Cancillería venezolana:

“Inmoral, es el comunicado emitido por la Presidencia de la República de Colombia el 8 de noviembre de 2009, en tanto refleja la hipocresía que caracteriza a la oligarquía colombiana, particularmente cuando se trata de su relación con países independientes y soberanos como la República Bolivariana de Venezuela.

El Gobierno de Uribe miente, pues es responsable del único acto de guerra registrado en la historia reciente de nuestro continente, cuando el ejército colombiano, con apoyo estadounidense, bombardeó e invadió el territorio “hermano” del Ecuador, el 1º de marzo de 2008.

El Gobierno de Uribe miente, pues ha quedado demostrado que el acuerdo que oficializa la ocupación militar estadounidense de Colombia tiene por objetivo proyectar la dominación estratégica del imperio sobre Suramérica, permitiendo operaciones militares de amplio espectro en toda la región.

El Gobierno de Uribe intenta destruir, a 200 años de la heroica gesta independentista, la obra que el Libertador Simón Bolívar selló a orillas del Orinoco, cuando fundó Colombia como República independiente y soberana; entregándola y convirtiéndola en una base militar que amenaza la paz y la estabilidad del continente.

El Gobierno de Colombia se ha burlado y ha desconocido los organismos regionales encargados de tratar este tema. A pesar de ello, el Gobierno bolivariano de Venezuela está dispuesto a debatirlo en el seno del Consejo Suramericano de Defensa o en cualquier otro escenario multilateral, y a llevar la verdad de Venezuela sobre las bases militares estadounidenses y la amenaza a la paz del gobierno de Colombia”.

Presidente Chávez ordenó la expropiación de la Industria Nacional de Artículos de Ferretería (INAF)

viernes, 6 de noviembre de 2009

La grafika de la semana

¡El voto estudiantil y obrero en las universidades tiene que pelearse!



Por: Argisay molina.

Sin duda alguna la LOE aprobada es un instrumento que nos sirve de fundamento para la lucha en lo que se refiere a la igualdad del voto, que no es la igualdad del voto de los estudiantes sino también de nuestros hermanos obreros.

Los directivos de las universidades están llevando a cabo diversas estrategias para impedir que el principio de democracia participativa y protagónica consagrado en la LOE en el artículo 34, numeral 3 el mismo esboza lo siguiente:
“Elegir y nombrar sus autoridades con base en la democracia participativa, protagónica y de mandato revocable, para el ejercicio pleno y en igualdad de condiciones de los derechos políticos de los y las integrantes de la comunidad universitaria, profesores y profesoras, estudiantes, personal administrativo, personal obrero y, los egresados y las egresadas de acuerdo al Reglamento…”

Esta ley hay que hacerla real, hay que hacerla concreta para ello es necesario que los sujetos y actores políticos revolucionarios en cada espacio promuevan la gran batalla por el cumplimiento del principio democrático participativo y protagónico.
Es necesario traer a este pequeño espacio un llamado de atención, una reivindicación histórica a los y las camaradas que lucharon por este derecho y muchos de ellos fueron muertos, desaparecidos, torturados, apresados y reprimidos. Es inconcebible que en este momento histórico dejemos que la escualidez fascista de los directivos universitarios tronche esta lucha histórica.

Hay que responder ante esta conspiración de los reaccionarios y conservadores directivos de las universidades con la lucha, la protesta y la organización.
Ningún proceso de elecciones en cualquier institución educativa puede darse sin practicar lo referido en el artículo 34, pues entonces obreros, administrativos y estudiantes debemos tomar nuestros centros educativos e impedir que se lleven a cabo las elecciones.

¡Estudiantes y obreros Uníos!
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